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¿Cómo manejar el subidón de azúcar en niños?

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El buen manejo del subidón de azúcar en los niños beneficia su salud. Los efectos a corto y largo plazo pueden controlarse con una dieta saludable que incluya frutas frescas, verduras, antioxidantes naturales, probióticos y la adherencia de hábitos alimentarios saludables.

¿Mal humor?, ¿energía extra?, ¿hiperactividad? Pueden ser todas o algunas de estas reacciones las que experimentan nuestros niños al comer una enorme carga de azúcar. Y, aunque el subidón de azúcar sigue siendo un mito, la observación anecdótica nos dice que sí hay cambios de comportamiento.

En cualquier caso, nos interesa saber cómo manejar el subidón de azúcar en niños para evitar sus reacciones extremas. A pesar de que es un fenómeno muy discutido, es innegable que el consumo excesivo de azúcar tiene consecuencias para la salud a largo plazo.

Por ese motivo, en este artículo conocerás qué es el subidón de azúcar, sus consecuencias y las herramientas que como padres podemos implementar para controlarlo.

¿Qué se dice sobre el subidón de azúcar?

El subidón de azúcar es un término que se usa para describir los efectos agudos que el azúcar puede tener en el comportamiento y la energía de los niños.

Pero, ¿por qué es controversial? Es que, a pesar de la creencia popular de que el azúcar causa hiperactividad en los niños, no hay suficientes evidencias que lo respalden.

Los detractores a la teoría que relaciona la hiperactividad con el consumo de azúcar, explican que este comportamiento extremo de los niños se debe a un rápido aumento de la glucosa en sangre, seguido de una rápida disminución de la misma al ser utilizada de inmediato.

Al quedarse las células sin combustible (glucosa) pueden ocurrir otros cambios en el estado de ánimo, por ejemplo cansancio, irritabilidad y hambre.

Es decir, no es el azúcar en sí el que provoca cambios de comportamiento, sino el rápido descenso de la glucemia, sobre todo si el niño no ha comido nada antes de los dulces. La hiperactividad quizás se debe a la euforia de querer comer más azúcares que al hecho en sí de haberlos consumido.

En este sentido, un metanálisis plasmado en la revista Neuroscience and Biobehavioral Reviews en 2019, sugiere que el alto consumo de azúcar se asocia con fatiga y menor estado de alerta una hora después de su consumo. ¡No es la hiperactividad después de ingerir azúcar el principal cambio que se observa en los niños!

La velocidad con la que aparecen estos cambios dependen de si el estómago está lleno o vacío

Por ejemplo, si se acompaña con proteínas o grasas, el azúcar tardará más tiempo en llegar a la sangre, manteniendo el suministro de energía. Pero si el estómago está vacío, el efecto sucede en poco tiempo.

Además, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) también nos recuerdan que un consumo exagerado de azúcar tiene su costo a largo plazo, como la obesidad y la diabetes. Por eso recomiendan no más del 10 % de las calorías diarias a partir del azúcar añadido en niños mayores de 2 años.

Por estas razones es necesario saber manejar el subidón de azúcar en los niños. El cómo te lo indicamos de inmediato.

Estrategias para manejar el subidón de azúcar en los niños

Ante el subidón de azúcar, nuestra estrategia es evitarlo a toda costa. Para esto, se necesitan ajustar algunos consejos en la dieta que ayuden a prevenir la ausencia de azúcar en la sangre después que es metabolizada. Aquí van nuestras recomendaciones.

Incluir alimentos ricos en proteínas, grasas y fibra

Si tu hijo tiene una fiesta de cumpleaños o una reunión con sus amigos, hay que prepararlo para la explosión de azúcar. 

Así que hay que saciar su estómago poco antes de la diversión o combinar los dulces con alimentos que hagan más lento el proceso digestivo. Aquí entran los alimentos proteicos, como carnes, pollo, pavo, legumbres o frutos secos.

Las grasas saludables también son excelente opción, ya que su poder de saciedad es alto. Se recomienda el uso de aceite de oliva, mantequilla de maní, aguacate, aceite de canola y pescados grasos como salmón o caballa.

La fibra también es necesaria en la dieta del niño, no es digerible y hace más lento todo el proceso. Combina entonces frutas enteras, verduras y cereales integrales que aportan fibra insoluble. No solo ayudan a la digestión, también evitan el estreñimiento.

Por otra parte, tal como lo reseña el personal especialista de Mayo Clinic, la fibra soluble, como la de la avena, las legumbres, la cebada, la granola y otros vegetales, regulan la absorción de azúcar.

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