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Un sueño de calidad es esencial para la salud en todas las edades. En el caso de los niños con altas capacidades, su descanso puede verse afectado debido a su dificultad para desconectarse y relajarse.
No hay dudas que las horas de sueño son claves para la salud física y mental. Así lo ratifican expertos de distintas disciplinas. Ahora bien, la mayoría de profesionales convergen también en una idea: dormir es una experiencia diferente para cada persona, además de que es variable a lo largo de la vida.
Así como hay personas que pueden dormir «de un tirón», también las hay quienes duermen por intervalos. Las condiciones médicas, psicológicas y emocionales son factores que intervienen en la cantidad y la calidad del sueño.
Para los padres, el dormir de los niños que muestran altas capacidades puede ser todo un desafío, ya que suelen presentarse algunas dificultades para conciliar y mantener el sueño. A continuación, podrás encontrar información útil respecto al descanso en los niños con altas capacidades.
Niños con altas capacidades: de qué se trata
Antes que nada, es necesario clarificar un poco el concepto sobre las altas capacidades intelectuales (ACI). Estas facultades cognitivas se caracterizan por combinar factores biológicos, psicológicos y contextuales. Algunas de las características más sobresalientes en los niños son las siguientes:
Muchas de estas características se repiten en diagnósticos como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Por esto, en ocasiones, el diagnóstico suele confundirse.
¿Cómo es el sueño en los niños con altas capacidades?
Los niños con altas capacidades pueden mostrarse hiperactivos y con mucha sensibilidad. Por tanto, conciliar el sueño puede ser todo un desafío tanto para ellos como para los padres.
De hecho, una investigación publicada en la revista Behavioral Sleep Medicine enfatiza la importancia de analizar y considerar al sueño como un factor que puede afectar el funcionamiento socioemocional de niños y niñas con altas capacidades.
¿Qué factores condicionan como duerme un niño con altas capacidades?
En primer lugar, estos niños suelen presentar mayor actividad y energía, lo que dificulta la relajación. En segundo término, también tienen una mayor sensibilidad emocional, lo que los lleva a estar atentos y pendientes de ciertas cuestiones.
Un tercer aspecto que influye está relacionado con la calidad del sueño. Estos niños suelen ser más propensos a experimentar despertares nocturnos debido a la vivacidad e intensidad de sus sueños. Como resultado, es probable que se despierten con fatiga, cansancio o irritabilidad debido a la falta de un descanso completo.
El cuarto aspecto está relacionado con la disconformidad o insatisfacción que sienten los niños con altas capacidades a la hora de acostarse. Se resisten y niegan a hacerlo debido a que les resulta aburrido, no les atrae la atención y sienten que están perdiendo el tiempo. Esta resistencia a dormir puede derivar en distintas dificultades con relación al sueño, algunas de las cuales se detallan a continuación.
¿Cómo ayudar a dormir a tu hijo con altas capacidades?
Existen diversas estrategias que puedes emplear para ayudar a tu hijo a conciliar el sueño si posee altas capacidades. A continuación, se mencionan algunas recomendaciones que podrían ser útiles:
El apoyo del entorno es importante
Para los padres, la hora de dormir suele ser una fuente común de preocupación y estrés, ya que la mayoría de las veces existe alguna resistencia o dificultad para establecer una rutina. Además, coincide con un momento del día en el que la mayoría ha agotado sus energías después de la jornada laboral y necesita descansar.
El apoyo del entorno es importante
Para los padres, la hora de dormir suele ser una fuente común de preocupación y estrés, ya que la mayoría de las veces existe alguna resistencia o dificultad para establecer una rutina. Además, coincide con un momento del día en el que la mayoría ha agotado sus energías después de la jornada laboral y necesita descansar.
Es por eso que los padres de niños con altas capacidades pueden considerar estrategias para el autocuidado. De esta manera, también podrán gestionar mejor su frustración o enojo frente a las demandas cotidianas y situaciones específicas.
Por ejemplo, en un día uno de los adultos puede acompañar al niño a dormir, mientras el otro tiene un tiempo libre para sí mismo o para ir a dormir más temprano. En este sentido, el apoyo es necesario para evitar proyectar las propias emociones en los niños, lo cual haría la situación aún más compleja.
Por último, como sucede con todos los niños, ser padres implica estar atentos a las necesidades de sus hijos. En ocasiones, puede resultar difícil entender cómo brindar apoyo a un niño con altas capacidades. No está de más buscar ayuda profesional y solicitar apoyo si sientes que las estrategias empleadas no funcionan.