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Cuando piensas en un hábito, ¿qué te imaginas? Quizás, algo que repites a diario, casi sin pensarlo. Si esta es tu respuesta, estás en la dirección correcta. Sin embargo, es importante reflexionar sobre la importancia de los hábitos. Estos requieren del desarrollo de habilidades y de un enorme aprendizaje, mucho más allá que la mera ejecución de un acto. Si quieres acompañar al desarrollo de hábitos saludables en los niños, sigue leyendo para encontrar algunas pautas.
La importancia de los hábitos saludables
Cuando le enseñas un hábito a un niño, no le inculcas solo una acción concreta, como cepillarse los dientes, sino que también le transmites un montón de valores. Por ejemplo, la responsabilidad, el compromiso y la constancia.
Pero, también, los hábitos hablan de autocuidado y bienestar. De allí la importancia de que, más allá de interiorizarlos y llevarlos a cabo en «piloto automático», también podamos saber cuál es su sentido y por qué los llevamos a cabo. Esto ayudará a mantener la motivación. A su vez, los hábitos promueven la autonomía, ya que en la medida en que los aprenden, luego los niños se sienten capaces de actuar por sí mismos.
¿Cómo ayudar a los niños a adquirir hábitos saludables?
Un hábito saludable requiere de organización y perseverancia:
- Organización: si quieres que tu hijo tenga el hábito de hacer algún deporte, es necesario que dicha actividad sea incluida en su propia agenda, pero también en la de sus padres. A temprana edad, el niño dependerá más de que un adulto lo acompañe o lo acerque hasta el lugar de práctica.
- Perseverancia: tiene que ver con mantener la actividad en el tiempo. Luego, podremos notar el beneficio. Por ejemplo, si tu hijo tiene pereza de lavarse los dientes porque tiene sueño, debes ayudarlo a notar los beneficios de hacerlo: evitar tener caries, disminuir los controles y las visitas al odontólogo y tener una mejor salud, entre otros.
Cuenta con ciertos recursos y un entorno adecuado
Para desarrollar un hábito saludable, es clave contar con el lugar y los elementos adecuados. Por ejemplo, si quieres que tu hijo tenga el hábito de la lectura, es necesario que crees una atmósfera acorde para llevar a cabo esa actividad. Por ejemplo, que tenga libros a su alcance y que pueda disfrutar de un ambiente tranquilo y relajado. O bien, si pretendes que tenga una alimentación saludable, pues también deberás ofrecerle vegetales y frutas como parte de su dieta.
Sé un ejemplo
Los niños aprenden mucho del ejemplo de sus padres, ya que los observan todo el tiempo. Por eso, si deseas que el menor coma una fruta todos los días, también puedes empezar por ser el «abanderado» de esa costumbre.
Ten en cuenta su opinión
Existen múltiples formas en que un hábito puede hacerse posible. Entre ellas, es importante tener en cuenta la opinión de tu hijo. Antes de imponer una manera, es mejor que le preguntes al menor si se le ocurren otras formas de hacerlo.